• El duende de Ladrillar

    “Yo tendría nueve años. Y todo lo recuerdo perfectamente como si hubiera pasado hoy. Fueron tres días los que se apareció aquel “tío” [...]. Era como un pájaro grande, negro, que se posaba en los árboles y estaba allí, junto al cementerio. [...].Venía volando, a no mucha altura y perseguido de dos luminarias redonditas. Casi nunca hacía ruido, pero a veces gritaba… [...]. No paraba de hacer un grito muy fuerte, como ‘¡gua, gua! Estuvo un tiempo y luego se fue” [...].