El milagro del arroz de Olivenza

Se le podría denominar el milagro del siglo XX, a pesar de este apelativo el milagro del arroz de Olivenza es un hecho muy poco conocido no solamente en Extremadura sino en España entera. Es el único milagro de multiplicación de alimentos aceptado por la Iglesia, sin contar la multiplicación de los panes y los peces de Jesucristo que narran los Evangelios.

El milagro del arroz se produce en plena posguerra, España había estado en guerra civil diez años antes y se pasaba hambre y necesidad. En esos años existían repartidos por toda la península instituciones, casi todas ligadas a la Iglesia, que ejercían la beneficencia proporcionando alimentos a los más desfavorecidos.

La Casa de Nazaret del Instituto San José de  Olivenza era uno de estos centros benéficos, en se alimentaba y educaba en régimen de semipensionado a niños y niñas pobres, pero este centro no solamente se encargaba de dar comida y educación a estos chicos si no que también funcionaba como comedor social, donde se alimentaban a todas las personas que padecían necesidad. Los alimentos provenían de familias bienhechoras del municipio.

El milagro en sí sucedió el día 23 de enero de 1949, cuando la cocinera del centro Leandra Rebollo estaba comenzando a realizar la comida, se dio cuenta que la familia que debía haber traído los alimentos no había aparecido y solamente disponía de 3 tazas de arroz (unos 750 gramos) para dar de comer a unas 200 personas.

Leandra se dispuso a hacer un caldo con el poco arroz del que disponía en una gran olla, a sabiendas de que era absolutamente imposible dar de comer a tanta gente únicamente con las 3 tazas de arroz, por lo que mientras echaba el arroz a cocer se acordó del beato pacense Juan Macías, y exclamó:

¡Ay, beato...! ¡Y los pobres, sin comida!

Dejó el arroz al fuego cociendo y continuo realizando otras actividades en el centro, cuando volvió quedó ensimismada, al ver que la olla en la que había vertido 750 gramos de arroz estaba completamente llena, sin que se hubiera caído ningún grano, estaba segura del arroz que había echado y tenía la suficiente experiencia en la cocina como para saber que lo que estaba sucediendo no era normal.

Leandra asustada acudió a buscar al párroco del pueblo y a la directora del Instituto, María Gragera Vargas, que fueron los primeros testigos del milagro, la voz se corrió por el pueblo y una gran cantidad de personas acudió a ver que estaba sucediendo.

Leandra con la ayuda de más personal del centro prepararon más recipientes para transvasar arroz de la olla que estaba llena a otras, pues no podría cocer tal cantidad de arroz en una sola.

La multiplicación del arroz duró unas cuatro horas y concluyó repentinamente cuando el párroco vio que todos los necesitados habían comido y exclamó: 

¡Basta!.

Aquellos que probaron la comida dijeron haber comido el mejor arroz de su vida, a pesar de no haber cocido como debiera.

Los hechos no tardaron en llegar al obispado y el Papa Pío XII puso en marcha una investigación: 14 sacerdotes interrogaron a los 22 testigos por separado, además las muestras de arroz tomadas fueron analizadas en diferentes laboratorios, el laboratorio de Valencia habló de un arroz completamente normal.

El Vaticano tardó 25 años en pronunciarse pero en 1974 la Iglesia consideró el hecho como un milagro y el día 28 de septiembre de 1975 tuvo lugar la canonización del beato San Juan Macías en Roma.

La gran cantidad de testigos, así como las muestras de arroz recogidas sirvieron para verificar que el arroz vertido en la olla era absolutamente normal, todo esto contribuyó para la declaración de milagro.

Hoy aún se conserva en el centro la zona de la cocina y un cazo que se sacó para repartir la comida.

 ¿Qué te parece? ¿Crees que existen los milagros?

Fuente: Extremadura Misteriosa /José Manuel Frías
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1 Comentarios

  • MIGUEL SERGIO C... April 05, 2017 reply

    Pues claro que creo en los milagros, como para no creer... Este de Olivenza no es más que uno de los muchos que causan cierto escalofrío al tener noticia de ellos, ante la constatación de estar frente a algo sobrenatural, que escapa a la, por otra parte, limitadísima, percepción humana. El de Olivenza tiene, además, la particularidad de haber ocurrido en épocas muy recientes y ser el segundo tras la multiplicación de los panes y de los peces de Jesucristo. Hay que dar gracias a Dios por disponer de internet y poder así averiguar "casi todo" sobre algo tan difícil de saber como es este suceso,

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