• La Casa Grande de Cilleros, un palacio construido por amor

    En el municipio cacereño de Cilleros, situado en la comarca de Sierra de Gata, nos podemos encontrar con una enorme mansión palaciega del siglo XIX, de estilo neoclásico 

  • Duelo bajo el Arco del Cristo

    La fatal cita que se antojaba mortal se produjo una oscura noche en la soledad del conocido como Arco del Cristo, a los pies de la hornacina con el Cristo Crucificado...

  • El Romance de Agustinita y Redondo

    Un romance muy popular de Granja de Torrehermosa nos relata la trágica historia de amor que vivieron Agustinita Moreno, una joven de Granja de Torrehermosa y Redondo, un mozo de Azuaga.

  • Crimen de honor y derrumbamiento de la iglesia

    Su cuerpo fue sepultado en la iglesia y años más tarde apareció en la lápida de su tumba una mancha similar a una silueta masculina.

  • Rosaura "La Bella"

    Al acercarse el cazador, quedó mudo, absorto, no daba crédito a lo que sus ojos veían, una niña desnuda, ensangrentada con las carnes destrozada se encontraba atada a un árbol.

  • Leonarda y el Mercader de Zafra

    Su internamiento en el monasterio fue apoteósico, sus propios compañeros de milicia la acompañaron entre estruendosas salvas de tiros y descargas.

  • Jordana la Bella

    Unos años más tarde, al ocaso de un día de primavera, en la mansión que un día perteneció a Jordana, y que fue adquirida por los Lopes de Mendoza, sonaban dulces acordes musicales. Una mendiga de semblante encorvado y pasos desiguales se detuvo a escuchar la música y a oler las azucenas blancas del palacio

  • La Leyenda de la Mansaborá

    “Permita Alá, que mal fin tenga tu cuerpo. Yo te maldigo hija de mi sangre, que tu alma y quienes te ayudaron vaguen eternamente por estas tierras y no descansasen en paz. Así ha de ser hasta que Qazris vuelva a ser musulmana.”

  • La tragedia de la bella Marmionda

    Aún hoy existen algunos vecinos de Portezuelo que creen que las oscuras manchas que tienen las rocas pizarrosas que se encuentran a los pies del castillo son la consecuencia de la sangre de los cadáveres de los enamorados.

  • El Conde Olinos

    -¡Mis morillos, mis morillos los que coméis el mi pan, a buscar al conde Olinos que a mis montes va a cazar; el que me lo traiga vivo un reinado le he de dar; el que me lo traiga muerto con la infanta ha de casar; el que traiga su cabeza de oro se la he de pesar..."

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