• El castillo de Burguillos y su tesoro

    Sobre una colina rocosa, en lo más alto de Burguillos del Cerro se asienta como presidiendo la localidad un majestuoso castillo. Esta fortaleza de origen musulmán fue construida por los primeros pobladores islámicos de la zona para poder hacer frente a las continuas incursiones de las tropas cristianas.

  • El tesoro perdido del Templo de Jerusalén en Mérida

     Una misteriosa piedra de luz, la alquila, que alumbraba la actual concatedral, en la que se guardaba y permitía rezar a cualquier sin necesidad de lámparas. Un cántaro de aflojar lleno de ...

  • El Sagrado Mantel de Coria

    Su carácter antiguo y oriental fue confirmado en 1962, el examen certificó que el mantel era de lino puro y de fabricación arábiga, fechándolo en el siglo I de nuestra era. Se determinó que el estilo del tejido era propio de la Palestina del tiempo de Jesucristo.

  • La leyenda de Santa Eulalia y sus nieblas

    "Encended unas candelas y aplicádselas sobre las rodillas. Desgarrad sus vestidos y destrozad sus pechos. Haced lo que sea, pero que una niña no se pueda reír de nosotros"

  • La leyenda de la Virgen de Belén

    Cuenta que yendo unos zagales cerca de río Almorchón pastoreando sus ovejas, uno de ellos se acercó para beber agua de un arroyo, en ese mismo instante pudo ver la imagen de la Virgen reflejada en el agua

  • Subterráneo del acueducto Rabo de Buey – San Lázaro

    Pero si existe una parte realmente interesante de este acueducto esa es su obra oculta, la galería subterránea de 4.028 metros de longitud. Este pasadizo, por el que discurría suavemente el agua se encuentra cubierto en todo su trayecto, en ocasiones se nos presenta subterráneo y en otras (ya cerca de la ciudad) más superficial

  • La Torre de las Siete Ventanas

    Algunos cuentan que en las noches frías y oscuras de invierno se escuchan los gemidos de dolor de la princesa que fue enterrada en vida en esta estructura militar

  • La Sábana Santa de Plasencia

    Las medidas del paño son similares a las de la Sábana Santa, medidas que eran usadas para las mortajas judías del siglo I. Concretamente su tamaño es de 446 centímetros de largo por 139 cm de ancho, de los cuatro lados cuelgan hilos y presillas que debieron ser usados para que pudiera ser expuesta en horizontal o en vertical a modo de estandarte, además cuenta con un reborde de 9 centímetros, que debió estar en la tela desde su manufactura porque hay pintura sobre él.