La macabra urna de la Virgen del Tránsito

La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Soterraño de Barcarrota esconde una misteriosa y a la vez tétrica historia. En el interior de la oscura capilla de San José se encuentra el retablo de Santa Bárbara, y dentro de éste hallamos una urna que alberga la lóbrega imagen yacente de la Virgen del Tránsito, la talla mariana luce vistiendo lo que parece un traje de Primera Comunión durmiendo su particular sueño eterno.

Virgen del Transito en la urna

Cuenta la leyenda, con la que asustaban a los niños Barcarroteños de pequeños, que en tiempos inmemoriales la urna que actualmente acoge la imagen mariana albergó el cadáver de una persona real. Y es que relatan que hace mucho tiempo una niña tuvo la desgracia de fallecer el día que celebraba su Primera Comunión. No sabemos el motivo, pero se decidió que sus restos descansaran en la capilla de San José, su cuerpo fue introducido en el interior de una urna cerrada por un cristal, vestida tal y como falleció, de Primera Comunión. Durante años, su pequeño cuerpo yacente se podía contemplar a través del cristal, sin que paso del tiempo hiciera mella alguna en su rostro, permaneciendo impoluto en su particular sueño eterno. Cuentan que el cabello y las uñas le seguían creciendo con la misma frecuencia de cualquier mortal, llegando el pelo a hacer perder la visibilidad de la urna. Las mujeres encargadas de las labores cotidianas de la parroquia fueron las que se ocuparon del tétrico mantenimiento de la difunta: arreglarle el pelo y las uñas. Parece ser que debido a los excesivos cuidados que requería el cadáver, el cuerpo de la niña fue sacado de la urna y sepultado en el otro templo de la localidad, la Iglesia de Santiago Apóstol. Posteriormente en esa misma urna se colocó la talla que podemos contemplar actualmente, la de la Virgen del Tránsito, de la que desconocemos su origen. Respecto al cadáver de la niña, suponemos que en algún lugar de la Iglesia de Santiago descansarán sus restos.

Retablo de Santa Bárbara

Temática Personajes Sucesos
Fuente: Barcarrota, un lugar de leyendas / Francisco Joaquín Pérez González
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