La ermita de San Berto

A las afueras de Hinojal, al oeste del casco antiguo y desde mucho antes de la fundación del municipio se encuentra la Ermita de San Bartolomé o más conocida como de San Berto (diminutivo de San Roberto de Molestes, santo y monje benedictino fundador de la Orden monástica del Císter). Actualmente es propiedad del ayuntamiento hinojaliego y se encuentra en desuso religioso, en 2014 el templo fue restaurado tanto en su exterior como en su interior, incluyendo sus esgrafiados. Pero hasta 2014 se encontraba en estado de total abandono y era utilizado como almacén, presentaba graves problemas de conservación: sus esgrafiados se encontraban casi desaparecidos y el edificio presentaba serios riesgos de derrumbe.

Pocas noticias existen sobre el origen de esta particular ermita, se barajan dos hipótesis:

·  Que sea de origen templario por su estilo y por encontrarse situada en la Encomienda de Alconetar, la orden del temple la habría construido al estilo oriental, propio de las órdenes militares que habían nacido en Jerusalén.

·  Que el templo sea de origen musulmán, pero cristianizado y reformado por los Templarios, durante la segunda mitad del siglo XIII. Los monjes-guerreros del Temple habrían reconvertido un morabito o vivienda/panteón de algún eremita islámico en el actual templo, a favor de esta teoría está la presencia de varios enterramientos islámicos en las proximidades de la ermita.

El edificio hinojaliego presenta las características propias de los edificios religiosos templarios, con marcada austeridad y carácter militar, combina lo castrense con lo religioso. Tiene planta cuadrada y muros fabricados con lajas de pizarra, con cuatro contrafuertes del mismo material, uno por esquina respectivamente, y dos enmarcando la puerta de entrada. Sólo dos vanos se abren al exterior, dando lugar a un interior recio y austero donde sólo unos simples esgrafiados decoran las paredes. La extraña cúpula, de ladrillo, podría indicar, como hemos dicho anteriormente, que el edificio fuese erigido como el morabito de un eremita islámico. 

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