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La Encorujá
Se la cree responsable de las desapariciones de bebés, llevándoselos y dejándolos en los lugares más inverosímiles como en lo alto de un monte, en una casa abandonada ó en mitad de un camino.
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El Duende Jampón
Es tan pequeño que no levanta dos palmos del suelo, tiene unos pies enormes, más grandes que el cuerpo (similares a los de una persona adulta), por lo que duerme de pie, durante el día, esperando a que el caiga el sol para saciar durante la noche su hambre voraz.
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Rosaura "La Bella"
Al acercarse el cazador, quedó mudo, absorto, no daba crédito a lo que sus ojos veían, una niña desnuda, ensangrentada con las carnes destrozada se encontraba atada a un árbol.
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Leonarda y el Mercader de Zafra
Su internamiento en el monasterio fue apoteósico, sus propios compañeros de milicia la acompañaron entre estruendosas salvas de tiros y descargas.
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Jordana la Bella
Unos años más tarde, al ocaso de un día de primavera, en la mansión que un día perteneció a Jordana, y que fue adquirida por los Lopes de Mendoza, sonaban dulces acordes musicales. Una mendiga de semblante encorvado y pasos desiguales se detuvo a escuchar la música y a oler las azucenas blancas del palacio
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El Bobo de Coria
Concretamente en Calabazas, una alquería perteneciente a Caminomorisco descubrió a un enano, bizco y un tanto deforme que presumía de ser el gracioso de la comarca, era Juan Martín Martín.
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El Machu Lanú
Es una criatura mitológica hurdana que guarda bastantes similitudes con el mismísimo Satán. Su cuerpo es híbrido, mitad macho cabrío, mitad humano. Es de complexión corpulenta, posee cuartos traseros de macho cabrío y rostro humano deforme, camina erguido y está provisto de cuernos sobre la cabeza, además posee una voz humana cavernosa y aterradora.
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La vaca vence a la serpiente
Cuentan que de aquella explosión se formó una gran nube negra que descargó un tremendo aguacero que arrastró parte de la ladera hasta las profundidades del valle del río Malvellido formando el impresionante socavón que aún hoy puede contemplarse.
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La Leyenda de la Mansaborá
“Permita Alá, que mal fin tenga tu cuerpo. Yo te maldigo hija de mi sangre, que tu alma y quienes te ayudaron vaguen eternamente por estas tierras y no descansasen en paz. Así ha de ser hasta que Qazris vuelva a ser musulmana.”









