Pero éste, lejos de amilanarse, ordenó montar a las dos gitanas en sendos pollinos y a la vista de todos y con las espaldas desnu¬das, fueron apaleadas mientras eran conducidas a la cárcel de la ciudad.

Parece ser que unos lobos hacían guardia en la puerta de la gruta cuando la imagen se quedaba sola y que fueron estos mismos lobos los que guiaron desde el convento hasta la cueva aquellos que acudieron a buscarla.

Es un gigantesco cíclope, de aspecto horrible, antropófago y de malas intenciones, con un único ojo en el centro de su frente que le dota de una vista prodigiosa y panorámica de varias leguas a la redonda

Durante unos meses la imagen estuvo descabezada, pero en el lugar que debía ocupar la cabeza de la Virgen, se posó una paloma negra.

Sembró el terror en el siglo XVI las sierras cercanas a la localidad cacereña de Ahigal, mantuvo atemorizado a todo el vecindario que se encontró abandonado a su suerte por los mortales ataques de esta bestia.

Preocupados en el pueblo, un grupo de hombres realizaron una batida para capturar a la serpiente, pero no pudieron dar con ella, a pesar de ello cuentan que en varias ocasiones más fue vista, parece ser que medía más de 10 metros, pero jamás consiguieron darle caza.

Este fenómeno sorprende a rebaños enteros de ganado aspirándolos literalmente hasta hacerlos desaparecer

Al abrir el paquete envuelto en papel de periódico, apareció la cabeza ensangrentada de una persona, inmediatamente le vino a la cabeza la maldición que le habían echado años atrás.

Al salir la procesión de la iglesia no se vislumbraba ni una sola nube en el cielo, el sol lucía con fuerza, pero a los pocos minutos de procesionar al santo el cielo comienza a encapotarse y acto seguido comienza a llover fuerte.

Los jinetes han sido vistos como un ritual masculino de iniciación a la mayoría de edad donde el hombre domina a la bestia, preparándose así para la guerra y el cortejo de la mujer.