A unos 12 kilómetros de Cáceres capital, frente a la Torre de los Mogollones, nos encontramos en mitad del campo con un enigmático edificio, único en toda España por su diseño, estamos hablando de la denominada Emita de San Jorge
El edificio en sí, se encuentra en estado de ruinas y parece haber sido una ermita, semioculta entre el terreno sorprende al caminante al ver un edificio religioso inundado que ha quedado gran parte sumergido
Nada hay escrito ni se sabe sobre su construcción, arquitectos, mecenas, fecha de abandono, ni siquiera está claro que sea una ermita como tal, y si lo fuese desconocemos bajo la advocación que se construyó.
La mayoría de los estudiosos creen que se trata de un colector de agua que posteriormente fue usado como ermita y que su construcción original podría datar del siglo XIV, construido por manos privadas y destinado al culto restringido (podría servir primero para abastecer de agua y luego de fe al antiguo poblado que hubo junto a la Torre de los Mogollones)
Suponiendo que el edificio fuese readaptado para el culto religioso podemos ver cuatro estancias claramente diferenciadas: la nave central, una capilla, la sacristía y el coro.
La nave central se encuentra permanentemente inundada, el extraño coro se eleva sobre el resto de la nave y aquí nos encontramos dos estancias más que podrían haber correspondido a una capilla y una sacristía, una de estas dependencias posee una cúpula semiesférica con espectaculares pinturas de Juan de Ribera.
Arquitectónicamente está construida en mampostería la zona baja del edificio, ladrillo la parte superior y una hilera de piedra circunda el edificio para apresar el agua del estanque. Cuatro grandes arcos de medio punto arrancan de sus muros y forman la cubierta del edificio, cubierta formada por dos grandes losas de granito con bóveda de aristas. También de granito es el suelo de coro que se haya sustentado por dos arcos escarzanos.
Sorprende la riqueza iconográfica del edificio con pinturas murales que representan escenas bíblicas, todas atribuidas al pintor cacereño Juan de Ribera en el año 1565, según reza una esquina del templo.
La función que debió tener esta original construcción no está del todo clara pero existen dos versiones:
- Que fuera un colector de agua para el pequeño poblado que existía en los alrededores de la Torre de los Mogollones.
- Que fuera una capilla para dicho poblado
No faltan los que ven en este edificio un culto al agua, esta ermita podría haber acogido ritos de bautismo y purificación por inmersión: el caballero entraría en la iglesia montado en su corcel y una vez metido en el agua sagrada un sacerdote desde el coro los bendeciría.
Tristemente en la actualidad la única función que cumple es servir de abrevadero al ganado que existe en la finca.
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