¿Destruyó una plaga de hormigas asesinas "Cheles el viejo"?

Cheles es una población pacense fronteriza con Portugal que se ubica actualmente cerca del embalse de Alqueva. Digo se ubica actualmente porque hace cinco siglos la villa se encontraba situada junto a la Sierra de San Blas cerca del río Guadiana, unos kilómetros más al norte de su actual emplazamiento.

En torno al año 1.500, en el siglo XVI, el tercer señor de Cheles, Don Juan Manuel de Villena decidió, no sabemos por qué motivo, trasladar la ubicación del pueblo más al sur. Sin documentos que acrediten el por qué de su reubicación la tradición oral nos habla de posibles epidemias transmitidas por mosquitos que infectaban las aguas del río Guadiana y de una plaga de hormigas asesinas que asedió el municipio. Sea cual fuere el motivo lo que si es cierto es que el pueblo terminó siendo abandonado y sus habitantes tuvieron que establecerse más al sur.

Y precisamente la posible plaga de hormigas asesinas es la leyenda que nos ocupa, como hemos dicho antes, sin que existan documentos que lo atestigüen, pero con una fuerte presencia oral, se cuenta que “Cheles el viejo” como es conocido el antiguo pueblo fue destruido por una masiva invasión de hormigas que devoraron todo a su paso.

Cierto día en torno al año 1.500 millones de voraces hormigas comenzaron a tomar el pueblo, no solamente destruían la madera que armaba las casas, si no que también terminaban con toda la vegetación que encontraban a su paso. El pueblo se vio claramente sobrepasado por este suceso, los más antiguos del lugar aún a día de hoy nos narran el pánico que sufrieron sus antepasados ante esta terrible invasión. Algunas historias nos hablan de como los padres intentaban proteger a sus hijos de estos insectos subiéndolos en hamacas que colgaban de las encinas pensando que allí estarían a salvo. La parte más terrible de la historia es escuchar como las hormigas se cebaban especialmente con los niños y el ganado, a los que mordían llegando en ocasiones a producir la muerte.

Los habitantes del pueblo, cierto día decidieron cortar por lo sano y para destruir al enemigo terminaron también con el pueblo prendiéndolo fuego, tras encenderlo, huyeron hacia el río para protegerse de las hormigas, desde allí observaron, muchos de ellos aún heridos, como el pueblo era destruido.

Del primer emplazamiento, ubicado en la dehesa junto a la Sierra de San Blas, los únicos vestigios que quedan son los restos del castillo, dos ermitas y algunas viviendas. Actualmente los únicos habitantes que existen en el antiguo Cheles son las hormigas.

Verdad o leyenda, lo que, si es cierto, es que hace cinco siglos, los vecinos del pueblo tuvieron que emigrar hacia un nuevo emplazamiento sin que exista constancia documental del motivo.

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