A finales del siglo XIX, una comitiva de carruajes volvía de la comunión de una de sus integrantes, cuando al pasar por las ruinas de Valparaíso aparecieron una manada de lobos, perros salvajes o serpientes (existen varias versiones de la leyenda) que asustaron a los caballos huyendo al galope.
En su huida no se percataron de que la niña que había hecho la comunión no estaba, seguramente se hubiera caído del carruaje, rápidamente volvieron al lugar para rescatar a la niña, pero jamás pudieron dar con ella.
Otro suceso similar sucedió en los años 50, junto a esta salida de la Nacional V, cuando una familia volvía a casa después de que la niña hubiese hecho la primera comunión, tuvieron un accidente en el que la niña falleció.
A partir de estos hechos se cuenta que en las noches cerradas una niña vestida de primera comunión con un rosario en la mano derecha, unos guantes blancos y un librito en la izquierda se aparece al pie de la carretera que une Peraleda de la Mata con Torviscoso, cerca de la aldea abandonada de Valparaiso.
La niña al vernos se nos queda mirando sin ninguna expresión facial y al poco tiempo se desvanece, como si fuera una alucinación de nuestra mente.
Aunque los vecinos no quieren hablar de las apariciones, nadie niega de su existencia e incluso hay una pequeña minoría que aseguran que la ha visto.
El pueblo abandonado de Valparaíso da nombre a este fenómeno |
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